Postres: alternativas sin gluten para no renunciar a ellos
Vivir con celiaquía impone la necesidad de seguir una dieta estricta sin gluten de por vida. Sin embargo, la situación ya no es tan dramática como antes. En los últimos años, los casos de celiaquía correctamente diagnosticados han aumentado considerablemente, y las grandes empresas alimentarias se han adaptado a este cambio de tendencia.
Hoy en día, los productos sin gluten se encuentran fácilmente en tiendas especializadas, supermercados y pequeños comercios. Ya no estamos limitados a unas pocas marcas que elaboran estos productos, sino que todas las empresas alimentarias de renombre ofrecen su propia línea de productos para celíacos e intolerantes al gluten.
Aunque vivir con la enfermedad celíaca requiere una elección de alimentos más cuidadosa, esto no significa que la intolerancia al gluten deba ser un obstáculo para llevar una vida plena y socialmente satisfactoria. Aunque las alternativas sin gluten a los postres solían limitarse a tristes sorbetes y ensaladas de fruta fresca, ahora es posible encontrar en el mercado deliciosos y tentadores postres sin gluten (o prepararlos en casa), que permiten disfrutar plenamente del postre sin renunciar a nada.
- Alternativas al postre sin gluten: Helados, sorbetes y fruta fresca
- Alternativa sin gluten a los postres: Postres tradicionales naturalmente sin gluten
- La alternativa “Postres Bricks & Buns“
Alternativas al postre sin gluten: Helados, sorbetes y fruta fresca
Por supuesto, cuando antes mencionábamos los helados, los sorbetes y la fruta fresca, no pretendíamos menospreciarlos en absoluto. Los sorbetes y la fruta fresca pueden volverse monótonos con el tiempo, a falta de buenas alternativas, pero son deliciosos si se aprecian los sabores sencillos y delicados y se evitan las complicaciones de contaminaciones varias.
Los sorbetes y la fruta fresca preparada como macedonia son presencias habituales en cualquier bufé o al final de una comida o cena de calidad, por lo que resultan ideales para los celíacos. Prácticamente sin riesgo de contaminación, permiten disfrutar de los postres con total libertad, aptos incluso para los comensales más reservados. Si no le gusta tener que especificar su condición en todo momento, sobre todo en situaciones sociales nuevas, optar por un sorbete o una sabrosa porción de fruta fresca de temporada puede ser la opción ideal.
En cuanto a los helados, son harina de otro costal: los helados artesanales, tanto los de fruta como los que no lo son, casi siempre son sin gluten cuando se elaboran con ingredientes frescos y sin utilizar aditivos ni aromas industriales. Sin embargo, en las panaderías, el riesgo de contaminación siempre está presente. En general, incluso las heladerías más pequeñas ofrecen siempre 3 ó 4 sabores “seguros”, para degustar en cucuruchos especiales para helados sin gluten o, en su defecto, en copas de helado clásicas.
Alternativa sin gluten a los postres: Postres tradicionales naturalmente sin gluten
Existen diversas técnicas para preparar deliciosos postres sin gluten, pero ¿por qué complicarse la vida con alternativas sin gluten a los postres tradicionales (quizás adentrándose en el complicado mundo de la levadura sin gluten) cuando nuestro repertorio culinario está lleno de postres tradicionales que ya son sin gluten y, por tanto, aptos para celíacos?
Entre los más comunes están:
- El castagnaccio dulce, un sencillo pastel hecho con harina de castaña, agua y fruta deshidratada (normalmente pasas sultanas).
- La tarta Caprese de limón o chocolate, un postre típico italiano.
- Merengues, con los que también se puede preparar una excelente Pavlova, una tarta de frutas.
- Mont-blanc, un delicioso postre a base de castañas y nata montada.
Estos postres son naturalmente sin gluten y pueden prepararse sin complicaciones, siguiendo las dosis y recetas originales sin hacer ningún cambio.
Pero no podemos olvidar el eterno tiramisú y los postres de cuchara. El tiramisú puede prepararse en su versión “sin gluten” simplemente sustituyendo los clásicos bizcochos de soletilla o galletas secas por otros sin gluten, fácilmente disponibles en cualquier supermercado.
Para los postres de cuchara, el juego se vuelve aún más fácil. Suelen ser postres a base de cremas de mascarpone, leche o yogur griego, superpuestas con otros ingredientes. Los ingredientes secos pueden sustituirse fácilmente por sus homólogos sin gluten; para el resto, puedes dar rienda suelta a tu creatividad con capas de mermeladas, fruta fresca y seca, o ingredientes como pepitas de chocolate o rapé de coco.
La alternativa “Postres Bricks & Buns“
En Bricks & Buns queremos sumergirte en un mundo de delicias que te harán la boca agua, explorando dos de los postres más icónicos y queridos: el Tiramisú y la Panna Cotta. ¿Qué tienen de especial? Como toda nuestra carta, los postres también están en su versión sin gluten, para que todo el mundo pueda disfrutar del auténtico sabor de Italia sin preocupaciones.
El Tiramisú sin gluten: una experiencia inolvidable
El tiramisú es un clásico atemporal que encanta a paladares de todo el mundo. Su receta tradicional consiste en bizcochos de soletilla remojados en café, capas de crema de mascarpone y una generosa pizca de cacao. Para hacerlo apto para celíacos, basta con sustituir los bizcochos de soletilla por otros sin gluten, fácilmente disponibles en las tiendas.
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Panna Cotta sin gluten: una delicia aterciopelada y sin preocupaciones
Pasemos ahora a la Panna Cotta, un postre italiano que encanta por su textura aterciopelada y su delicado sabor. Su preparación es sorprendentemente sencilla, y hacerla sin gluten es igual de fácil. Utilizamos ingredientes de alta calidad y sin gluten, lo que garantiza una Panna Cotta perfecta que satisfará incluso a los paladares más exigentes.
Preparar en casa la panna cotta es realmente muy sencillo y accesible para todos. Además, se necesitan muy pocos ingredientes: nata fresca, azúcar, vainillina y láminas de gelatina, que se utilizarán para espesar nuestro postre. En lugar de la vainillina, si lo preferimos, también podemos usar una vaina de vainilla.
Primero, ponemos la gelatina en remojo para rehidratarla, mientras calentamos a fuego la nata fresca con el azúcar y la vainillina. Debemos asegurarnos de disolver bien el azúcar mientras mezclamos y llevar la nata casi a ebullición. En este punto, podemos añadir la gelatina, recordando escurrirla bien antes de incorporarla a la nata caliente.
Después de disolver la gelatina, la nata está lista para verterse en los vasos y luego enfriarse y solidificarse en el frigorífico durante al menos cuatro horas. Con unos pocos pasos, podrás deleitar tu paladar con una panna cotta casera, llena de sabor y con la textura perfecta.
La cobertura final es de cacao, bayas o caramelo.
Por último
Como siempre repetimos en Bricks & Buns “todo lo que hay en el menú también es sin gluten”.
¡Le esperamos pronto para degustarlas!