Celiaquía atípica y silenciosa
La enfermedad celíaca atípica y la enfermedad celíaca silente son variantes de la enfermedad, pero tienen características diferentes.
La enfermedad celíaca atípica se refiere a los casos en los que los síntomas típicos de la enfermedad celíaca pueden no ser inmediatamente evidentes. Las personas con enfermedad celíaca atípica pueden experimentar síntomas menos comunes o leves, como fatiga, dolores articulares o abdominales, y no mostrar signos evidentes de malabsorción intestinal.
De qué hablaremos
¿Cuáles son los síntomas de la celiaquía atípica?
¿Qué enfermedades puede causar una enfermedad celíaca atípica no diagnosticada?
Celiaquía atípica: importancia del diagnóstico y algunas cifras útiles
Celiaquía atípica: diferencias con la enfermedad celíaca típica y silente
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad celíaca atípica?
Los síntomas más clásicos de la enfermedad celíaca atípica son:
- debilidad
- pérdida de peso
- anemia, palidez excesiva
- hipoplasia del esmalte dental
- ansiedad, depresión
- asma
- astenia
- trastornos cognitivos
También son frecuentes los trastornos hormonales y reproductivos. En las mujeres, son frecuentes el retraso de la menarquia, la amenorrea, las dificultades para concebir, la endometriosis y la menopausia precoz; en los hombres, son más frecuentes la disminución de la libido y la impotencia, así como la posibilidad de oligospermia e hipogonadismo.
¿Qué enfermedades puede causar una enfermedad celíaca atípica no diagnosticada?
La celiaquía atípica, si no se diagnostica y trata correctamente, puede causar una serie de problemas de salud a largo plazo. Dado que esta forma de celiaquía puede manifestarse con síntomas menos evidentes o atípicos, puede pasar desapercibida durante más tiempo. Algunas de las afecciones que pueden asociarse a la enfermedad celíaca atípica no diagnosticada son:
Daño intestinal: Aunque los síntomas pueden no ser inmediatamente evidentes, la enfermedad celíaca atípica puede causar daños en el intestino delgado con el tiempo, similares a los de la enfermedad celíaca clásica.
Malabsorción de nutrientes: La enfermedad celíaca afecta a la capacidad del intestino para absorber adecuadamente los nutrientes. Esto puede provocar carencias de vitaminas y minerales, con problemas de salud como anemia, osteoporosis y fatig.
Problemas neurológicos: Algunas personas con celiaquía atípica pueden sufrir trastornos neurológicos como neuropatía periférica, ataxia y otros problemas relacionados con el sistema nervioso.
Problemas de salud mental: La enfermedad celíaca atípica también puede asociarse a trastornos del estado de ánimo como depresión y ansiedad.
Problemas reproductivos: En algunas mujeres, la enfermedad celíaca atípica no diagnosticada puede afectar a la fertilidad o causar complicaciones durante el embarazo.
Es importante destacar que el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado mediante una dieta sin gluten son fundamentales para prevenir o mitigar estos problemas de salud.
Celiaquía atípica: la importancia del diagnóstico y algunas cifras útiles
Pero, ¿por qué es tan importante descubrir que se padece la enfermedad celíaca, sobre todo en presencia de formas atípicas de la enfermedad?
En realidad es muy sencillo y las cifras estadísticas oficiales deberían ponernos a todos en alerta. Según las estimaciones, la enfermedad celíaca afecta aproximadamente a una persona de cada 100, pero, datos en mano, 6 de cada 7 personas no saben que están enfermas debido a que se les ha diagnosticado tarde y/o nunca. Esto significa que el mundo celíaco de los diagnosticados representa sólo la punta del iceberg de una población mucho mayor.
La importancia del diagnóstico es crucial. La enfermedad celíaca es un trastorno autoinmune, como ya hemos dicho en repetidas ocasiones. Como tal, mantiene al sistema inmunitario constantemente “ocupado” y, al hacerlo, lo “distrae” de tareas que son fundamentales para la supervivencia. Un sistema inmunitario demasiado ocupado en algo que no es de su competencia y “enloquecido” por el contacto continuo con una sustancia que le es perjudicial (el gluten), es un sistema inmunitario ineficaz, incapaz de defender al organismo contra infecciones bacterianas y víricas, estados inflamatorios, alergias y mucho más. Se trata de un cuadro desastroso que suele empeorar aún más con tratamientos inadecuados y a menudo incapacitantes.
Es el caso, por ejemplo, de las personas que padecen celiaquía, cuya causa es la propia enfermedad celíaca, pero que, al no saber que lo son, acaban siendo tratadas de otra cosa, lo que debilita aún más el sistema inmunitario y lo confunde aún más, en lugar de ayudarle a equilibrarse correctamente.
Por lo tanto, el diagnóstico es esencial por dos razones: la primera es obtener una mejor condición de vida; la segunda es evitar un tratamiento secundario y debilitante, que a menudo es inútil, además de no tener solución.
Celiaquía atípica: diferencias con la típica y la silente
La enfermedad celíaca atípica se diferencia de la enfermedad celíaca franca precisamente por su naturaleza camaleónica y la presencia de síntomas que parecen tener todo que ver menos con la propia enfermedad celíaca. En principio, sin embargo, los valores sanguíneos de anticuerpos específicos y las biopsias gástricas de un paciente con enfermedad celíaca atípica son los mismos que los de un paciente con enfermedad celíaca franca.
Algo diferente ocurre con la enfermedad celíaca silente: esta última suele ser aún más compleja de diagnosticar y se caracteriza por la presencia de lesiones en el intestino delgado sin síntomas evidentes. Es posible que las personas con celiaquía silente no experimenten molestias ni problemas digestivos, pero aun así pueden producirse daños en el intestino.
El cuadro clínico también es ligeramente diferente: en la enfermedad celíaca silente existe tanto positividad en sangre (en la prueba de anticuerpos específicos) como positividad gástrica (en la histología por biopsia duodenal). Sin embargo, según las estadísticas, las biopsias gástricas de los pacientes con enfermedad celíaca silente suelen estar poco o nada alteradas; en la escala utilizada en todo el mundo se sitúan en el peldaño más bajo en el 99% de los casos.
Es importante señalar que, independientemente de la forma de la enfermedad celíaca, el tratamiento principal consiste en seguir una dieta sin gluten.
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